sábado, 29 de diciembre de 2012
El árbol de Hallagrande
Hace unos años, en el pueblo Hallagrande, construyeron un gran árbol de Navidad. El árbol era precioso, tenía grandes bolas y discos decorados con dibujos de los niños. Una niña llamada Amelia, fue con sus padres a ver el bonito pino. Amelia contemplaba el hermoso árbol con sus propios ojos. Se encontró con su amiga, Mary, y sus padres se fueron a tomar un café. Amelia y Mery decidieron sentarse en un banco a charlar en el banco más cercano al árbol. De pronto, sonó un fuerte trueno y las niñas se asustaron. El trueno vino acompañado de un fuerte viento, y destrozó el árbol, y debajo de él, las niñas. Los padres no llegaron a tiempo, pero aún se oían las voces de las muchachas.
-¡Papá, mamá, estamos atrapadas!- intentó gritar Amelia.
Los padres quitaron los escombros d¡ y las ayudaron a salir.
-¡Oh, no! ¡El árbol está destrozado!- dijo Mary- ¿Qué podemos hacer para arreglarlo?
- Nosotros no podemos arreglarlo, Mary- le respondió su padre.
- Pero yo sé quién lo puede arreglar- saltó la madre de Amelia.
Y enseguida llamó a los constructores, que en cuatro días lo terminaron. Todos volvieron a ver el hermoso árbol, que por cierto, estaba mucho mejor que antes.
Nuria Fernández
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