sábado, 29 de diciembre de 2012

Un abandono navideño

      Érase una vez en la capital de Irlanda, Dublín, estaba nevando y faltaban pocos días para Nochebuena. En un callejón se encontraba un pequeño niño llamado Jack. Era un niño bastante bueno y sincero. Jack se encontraba solo, sin amigos ni familia, sólo con un regalo de Navidad que le había dado su familia el año anterior: era un osito de peluche. Por la noche Jack pidió el deseo de encontrar una familia y unos amigos con los que pasar la Navidad, y resulta que Jack escogió la noche perfecta para pedir el deseo. Al día siguiente una mujer le adoptó; esa mujer se llamaba Carol, una mujer bella y muy buena. Le llevó a su casa y allí se encontró con un señor llamado Richard, un señor calvo y divertido. En esa casa los tres formaron una familia y pasaron las fiestas juntos, la Nochebuena, la Navidad, el Año Nuevo... Pero resulta que el deseo de Jack había sido el de pasar sólo la Navidad en familia, así que Carol y Richard planearon librarse de él. No podemos mantener más a Jack, dijo Carol. ¡Vale!, mañana por la mañana quitaremos el árbol y después le llevaremos a cantar villancicos, le respondió Richard. Cuando llegaron a la plaza a cantar villancicos Carol le dijo a Jack: -¡Jack!, no te muevas de aquí que vamos a comprar chucherías para ti. - ¡Vale!, dijo Jack. Pero después de un rato, Jack descubrió que le habían abandonado, y esa Navidad, Jack pensó que sólo necesitaba el osito que le había regalado su verdadera familia.

Pablo Mayo Seco

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